En OTOÑO, con la llegada
de las primeras lluvias, podrás disfrutar en Monfragüe
de la berrea. Los ciervos machos combaten por las
hembras y el Parque Natural de Monfragüe es testigo privilegiado
de sus bramidos.
En
INVIERNO, la llegada de aves acuáticas
invernantes, hace rebosar de vida nuestros ríos, arroyos
y charcas; las grullas se alimentan en las dehesas
y se refugian en nuestros pantanos. Y uno de los árboles
presentes en Monfragüe, el madroño,
nos ofrece su fruto carnoso y apetitoso que levanta delirios en
aquellos que lo prueban.
En PRIMAVERA, la vida. Aves llegadas de
otros continentes y países sobrevuelan el cielo
buscando pareja y construyen sus nidos en Monfragüe.
El
VERANO, extremo como nuestra tierra, nos invita
a recorrer los Valles del norte de Cáceres:
la Vera, el Jerte, el Ambroz, las Hurdes
con sus gargantas y piscinas naturales, y complementan nuestra estancia
en Monfragüe.
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